Yo no te olvido, pero ya no me quedan poemas de amor para darte. Yo no te olvido, pero ya no me quedan poemas de amor para darme. Yo te invité a caminar y recoger basura hasta gastar los zapatos, pasamos por tantas partes escribiendo en los muros, que la ciudad fue nuestra.  Yo y la que fui nos sentamos en la azotea, a pensar en el barco que parte desde mí llevándome y no se si la ciudad es suficiente para llenar el vacío de una de nosotras. Yo no te olvido, pero ya no me quedan poemas de amor para darte. Yo no te olvido, pero ya no me quedan poemas de amor para darme.

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